22 vidrieras con diferentes temáticas
El proyecto #MineCathedral y sus vidrieras góticas ha sido un proyecto al que le he tenido muchísimo cariño. Quería haber publicado este post antes, pero un 2018 con muchísimos proyectos tanto laborales como personales abiertos, un cambio de centro, y una mudanza, han hecho que me retrasara en publicarlo.
Mi último curso en el IES Cartima lo trabajé con mis 2º de ESO en este proyecto, que ya había hecho dos años anteriormente, donde puedes ver aquí las primeras vidrieras, y las segundas vidrieras que fueron de rosetones. Cuando las compares con las de este último curso, vas a ver que la evolución de este proyecto ha sido bestial, yo mismo me he sorprendido.
Trabajo en equipo del profesorado y alumnado
Este proyecto no podría haber sido posible sin mi compañera de geografía e historia, Rocío Martín y mi compañero de plástica, Carlos Oliva. Los tres estuvimos coordinados en todo momento, ya llevábamos práctica del año anterior, y queríamos superarnos en este curso.
Para ello, Carlos propuso que las vidrieras fueran temáticas, donde pudieran meter también animales, plantas o diferentes formas. Y además de ello, quiso que se mezclaran los colores, superponiendo el papel celofán de colores, creando colores nuevos cuando se vieran a trasluz.
4 cursos de 2º de ESO trabajando
El reto así fue trabajar de forma interdisciplinar, en nuestra materia, tratando el arte gótico, y plástica, tratando el dibujo técnico y el color. A lo largo de dos semanas estuvimos trabajando en los pasillos de clase.
En este vídeo que he hecho con el resumen del proyecto, puedes ver cómo es todo el proceso de la elaboración de las vidrieras. Verás cómo 120 alumnos y alumnas trabajaron para conseguir este proyecto, y finalmente, sus resultados.
Vidrieras de multitud de colores
La primera fase fue tomar medidas para poder colocar las cartulinas negras. Después, tras diseñar el dibujo a realizar, calcarlo a escala en la cartulina negra, para posteriormente recortarlo. Finalmente, con el papel celofán ir recortando las formas del dibujo para rellenarlo de colores.
Una vez terminado, al colocar las cartulinas en las ventanas, quedan unas vidrieras maravillosas. Cuando les da el sol, convierten todo el pasillo en colores, que le dan vida al centro. Tristemente, cuando pasan las semanas y el sol, terminan perdiendo el color. Pero ahí está lo bonito, el nuevo reto que llegará al curso siguiente.
Me encanta ver cómo este proyecto se ha hecho viral, y cómo ha servido de inspiración a multitud de profesorado. Si te animaste a hacerlas en tu clase, me encantaría que me dejaras por aquí un enlace con tus resultados, para yo poder verlo. ¡Gracias!.
fantástico. Muy práctico, original y sencillo. Un efecto demoledor. Enhorabuena